viernes, 18 de abril de 2014

HUEVOS DE PASCUA



                     
Siempre me pareció curiosa esa costumbre de la aristocracia de coleccionar ahijados, como si fueran cuadros, títulos o joyas. La Baronesa Frambuesa  cumple al pie de la letra con esta tradición. Tiene una larguísima lista de ahijados, algunos propios, otros (los que le caen bien), heredados de su difunto esposo (el Barón). Así que cuando llega el “Easter” (en sus palabras), Pascua (en las mías), comienza una frenética actividad preparando los obsequios de sus ahijados. Ésto la tiene entretenida toda la semana, pensando, buscando, mandando y gobernando.

En cualquier caso, ella cuida las tradiciones, y se nota que lo disfruta. Los huevos de Pascua son para ella una tradición que  mantiene siempre. En eso, como no, tiene sus preferencias. Cuando vivía en Inglaterra siempre los encargaba en Fortnum & Mason (como los  royal  ingleses), pero también le apasiona Godiva, Amadei, Bovetti, en fin…En España le entusiasma Torreblanca, Escribá, Balaguer, Peñalba… y ¿ a quién no?

Se encarga personalmente de la compra de los chocolates y de la  preparación; pensando siempre en los destinatarios,  llena la casa de cintas, muñecos, pollitos y objetos varios. Éstos son algunos ya terminados y a la espera de ser recogidos o enviados a sus destinatarios. Con tanto trajín se siente agotada, para que luego digan que la aristocracia no trabaja! (ejem…)





KLAUS
Klaus es (creo) uno de sus favoritos. Con once años  ha decidido que será (según ella) un gran couturier, o sea, modisto, y así se pasa los días aguja en mano. La Baronesa  mira al infinito, ladea la cabeza  y dice con “modestia”: el futuro Karl Lagerfeld, ¡cuánto talento! En cualquier caso, este año Klaus ha decidido que los colores tendencia  (para él) serán blanco, amarillo y gris. Así que la Baronesa ha tomado nota de los deseos del futuro gurú de la moda y esto le ha preparado.





PAOLO
Ha decidido firmemente, en este momento de su vida (9 años), que será cocinero. Por ello, su regalo consiste en algunos libros de cocina, para que siga practicando. Sin duda, tendrá en la Baronesa una voluntaria para catar el producto. Claro que, Paolo tiene sus dudas, también piensa que puede convertirse en explorador, en domador de circo, o viajar al Polo a ver los osos, que es lo que más desea.







MARCUS
Marcus adora el mar y sobre todo los barcos, grandes, pequeños, de pesca, de carga… Se pasaría las horas sentado en el muelle, viendo los barcos que vienen y van. Cuando sea mayor será marinero y vivirá siempre en el mar.






GABRIELLA y BEATRICE
Todavía pequeñas, no tienen claro que serán: pintoras, profesoras, modelos, bomberos... de momento, sólo les gusta jugar. Pero la Baronesa, con modestia (como siempre) ya ha decidido que todo  lo hacen bien.








OLIVIA
Ha llamado hace unos días para anunciar su visita. Y sobre todo, para “dejar caer” que ella quiere un "smythson", lo del huevo le da igual. La Baronesa ha palidecido y por un momento se ha quedado muda ante tanto descaro.  Intrigada me he quedado  con eso, ni idea de que significaba (llegué a pensar en una escopeta). Al final he descubierto lo que la espabilada Olivia, (tan parecida a la Baronesa), quería: "un sobre"... no pueden llamar a las cosas por su nombre, debe ser un mal endémico de la aristocracia. Suerte que es su preferida y ya lo ha preparado... y para no romper la tradición también tendrá su huevo. Ésta claro que Olivia la domina.




Para montar los huevos de Pascua se necesita más ingenio que dinero. 

Es más sencillo montar los huevos partiendo de algún objeto (cestas, cajas, jaulas…), que hacerlo sobre una base. Cuanto mayor sea el recipiente que utilicemos, más complicado será montarlo, y necesitaremos más elementos, para que no queden huecos.

Si utilizamos bases, dan buen resultado las planchas de porexpan, son ligeras, baratas y resisten el peso, que nunca debe ser mucho. Se forran con papel, si tenemos tiempo podemos buscar papeles de regalo alusivos, si no hay tiempo (mi caso) varias capas de papel de  seda servirán. Es fundamental pegar todos los elementos para que no se caigan al transportarlos, lo que sería un desastre. Para ello, lo mejor la silicona del tipo que utilizan las revistas cuando incluyen algún regalo en la publicación. Se despegan fácilmente y no dejan marcas.


Si incluímos algún elemento además del huevo, será un doble regalo. Hay infinidad de cosas baratísimas que podemos utilizar, como ejemplo, el oso me ha costado 1,90€, el  barco 9€, la caja de costura 9,90. Cajas con varias mariposas, pollitos o  pájaros no llegan a 3€, y así infinidad de cosas.

En cuanto al chocolate, está claro que la diferencia de precios es enorme, según la calidad y la marca, no digamos si son comprados en establecimientos de reconocido prestigio, pero a los niños lo que más les entusiasma es el montaje, no tanto que el chocolate sea de primerísima calidad. 

La cámara se ha caído al agua, y no precisamente desde el barco de Marcus; así que hemos tenido que hacer estas fotos con otra, de la que no hemos obtenido más calidad, pero no había tiempo.


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